miércoles, 16 de enero de 2019

“TOM Y YO NOS INSPIRAMOS CON NUESTRAS PROPIAS VIDAS”: LA HISTORIA DE LOS KAULITZ DESDE 2011 A 2018, VISTA DESDE SUS CANCIONES… (22) —Dream machine (Máquina de sueños)

Para no ser menos, Dream Machine comienza también con aquella historia de corazones rotos, aunque esta vez me atrevería a aventurar que puede que en esta, sea otra “historia de amor”; digo, una de esas dos historias falsas que nos han querido vender: Bill±¿?/Tom±Ria: Estamos finalmente rotos, finalmente es verdad. Todas mis cicatrices están abiertas, tú conociste a alguien nuevo. Eso de “finalmente” suena a algo que estabas esperando, que no veías la hora de que ocurriera; además, con el añadido de que la otra persona ya conoció a alguien más, por ello hay menos por lo que sentirse culpable y así... Nuestra misión está completa, creo que es tiempo; mi corazón está completamente abierto, estoy listo para marcharme esta noche.


Listo para marcharse, pero cómo y a dónde. La frase siguiente da algunas pistas: En cualquier minuto, en cualquier minuto, en cualquier minuto, en cualquier minuto me voy. Todo lo que se necesita es un disparo y algo de amor, imaginación y tú. Un disparo; no creo que se refiera literalmente a uno con bala incluida sino más bien a ese disparo metafórico que puede venir en una jeringuilla, en un polvo para aspirar o en un humo relajante. Justamente me inclino por este último porque ya en otra canción se ha mencionado expresamente lo de fumar marihuana, y un “shot” o “disparo” se le llama precisamente a la práctica de pasar de boca a boca el humo de una calada de este cigarrillo, casi como un beso... Y bueno, acá se dice que al “disparo” lo acompaña algo de amor, imaginación y “tú”. ¿Tú?= ¿ustedes, él, ella, nosotros? Igual, como ya hemos dicho antes, la idea del pacto suicida juntos no puede descartarse.

Esta es la canción que le da nombre al álbum, y por ende, según dicen todos, debe definir a la banda completa; pero, lo siento, hasta ahora no he visto aparecer a más de 2 personajes. Ese “Tú” es, a mi juicio, la persona a la que no dejarías atrás nunca (a la que te llevarías a una isla solitaria, a la que convertirías en vampiro si tú lo fueras pasar una eternidad a su lado); saque cada uno sus propias conclusiones.



También quiero recordar para esta canción lo que contestó Tom en la BTK app acerca de la “edad de su alma” y la “misión de su alma”: «Presentimos que son muy muy antiguas! Quizás en su última “misión”». Y es porque aquí pareciera que “el viaje” estuviera mostrando justamente que han completado la misión con la que han venido quizás por última vez a la Tierra (y no precisamente porque sean extraterrestres reptilianos disfrazados de humanos).

 

 ¿Qué misión sería esa? Pues yo tengo la sospecha de que es justamente amarse incondicionalmente, al fin sin remordimientos, sin dudas, sin miedo. Es una misión difícil para ellos, por haber nacido gemelos idénticos y tener que enfrentar a un mundo que “no está listo para entendernos”—como canta Billy en Odds are against us de su EP “I am not OK”— pero, hey, nadie dijo que las misiones se les ponen fáciles a la gente.

Nunca más seremos los mismos, pero no volveremos a casa. No sabemos adónde vamos. Sí, la incertidumbre está pero también el coraje para enfrentar lo que venga. Y es entonces que aparece la posibilidad de unirse a ellos en su “viaje”.

Elevémonos, la Máquina de Sueños nos acepta a todos, ven a bordo y deja todo lo demás atrás. Elevémonos, alto, alto, alto. Elevémonos, alto, alto, alto

Lo siento, pero no puedo dejar de pensar que elevarse alto en la Máquina de Sueños todavía sigue sonando un poco a estar “fucking high” con marihuana —como claramente se dice en “What if”—. No obstante, aceptemos que tal vez la Dream Machine es también otra cosa: la música; y si queremos ir más allá: Tokio Hotel.

He ahí, ahora sí apareció un momento de la canción que encierra la esencia de la banda. La música de Tokio Hotel, a pesar de que muchas veces es melancólica, un poco emo, y la mayoría de las veces habla de dolor y pérdida, es también la que tiene un poder mágico para relajar a quien la escucha, para disuadir a alguien de un suicidio, o para sentir que no está solo en el mundo. La música de Tokio Hotel es el sueño de 4 chicos de una pequeña ciudad llamada Magdeburg en Alemania oriental; el sueño de 4 grandes amigos; el sueño de millones de “aliens” terrícolas. ¡Es algo importante!

La Máquina de Sueños desprende una energía liberadora: No hay resistencia, vago por la playa, sin compromisos, sin necesidad de recordarme.




La Máquina de Sueños te muestra que tu corazón salvaje, la edad de tu alma, es lo que te hace hermoso y que todavía puedes ser lo que querías ser, no creas en lo que dicen... Es decir, es la libertad de ser tú mismo, de conocer tu lugar en el mundo, lo que hace que valga la pena vivir una vida tras otra y que tu alma aprenda lecciones que le servirán para misiones nuevas (si es que aún te queda alguna más por llevar a cabo) o para cumplir en la vida que tienes ahora, esa tu misión que como diría La Muerte Multicolor en La historia interminable del escritor alemán Michael Ende, es hacer tu “Verdadera Voluntad”. ¿Y cómo se hace eso? Pues como este mismo personaje explica: “Siguiendo el camino de los deseos, uno a uno, hasta llegar al último”. Creo que a estas alturas ya los chicos de Tokio Hotel, y especialmente los Kaulitz, están claros de que llevar a cabo su misión implica no obedecer hipócritas leyes morales —como, por ejemplo, las que vetan el incesto consensuado entre hermanos— ni ser “políticamente correctos” para agradar a los demás. Pero ellos aún no pueden ser libres… aunque a veces, como dice en los coros (puedo ver el cielo…), pueden “ver el cielo”.


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